La Consejería de Infraestructuras y Medio Ambiente de Asturias ha decidido prorrogar el Plan del Lobo. «El número de lobos abatidos ha sido de 30 ejemplares, incluidos aquellos muertos por distintas causas. Este número es inferior al máximo establecido en el mencionado Programa, por lo que desde el Servicio de Caza y Pesca se informa como adecuada y conveniente la prórroga de dicho Programa en tanto se finaliza el proceso de elaboración del nuevo censo», describe el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA).
Precisamente Ecologistas en Acción (EA) consideró recientemente «decepcionante» e «irresponsable» que en los ocho meses de Gobierno socialista el Ministerio para la Transición Ecológica de Teresa Ribera no haya aprobado la protección efectiva de las diferentes poblaciones de lobo ibérico. Además, instó al Ministerio para la Transición Ecológica a la urgente inclusión del lobo ibérico como especie de interés especial al norte del Duero, incorporando sus poblaciones en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, desarrollado por el Real Decreto 139/2011, por motivos ecológicos, científicos, sociales, culturales y éticos. Asimismo, la organización ecologista urgió al ministerio a que todas las poblaciones de lobo ibérico situadas al sur del río Duero se incluyan en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de “En peligro de extinción”.
En un comunicado, la organización consideró que la situación del lobo en España es «caótica», con un estatus legal diferente según la comunidad autónoma. «El lobo es una especie cinegética en varias comunidades autónomas». EA recordó que en otras, «no es cinegética pero se autorizan cacerías, se aprueban planes de caza y controles sin una motivación técnica suficiente, sin informes técnicos o científicos independientes que avalen los controles, sin datos comprobados de la incidencia sobre el medio y sin un diagnóstico de toda la población de la especie».
En este sentido, EA apunta que esto provoca la presentación de recursos y la publicación de sentencias contrarias a la planificación aprobada por las comunidades autónomas. Y pese a que el Ministerio para la Transición Ecológica es la administración competente en normativa básica, así como en coordinación de las políticas de biodiversidad, «no ha tomado ninguna medida para solventar este caos y asegurar la conservación de la especie», sostienen.
«El lobo ibérico es el único gran depredador de nuestro país que todavía carece de una protección efectiva y que se puede cazar, debido a que desde 1973 se fue quedando fuera de los diferentes listados de especies protegidas», añade el texto. Por ello se tildó de «asignatura pendiente» respecto a la protección de naturaleza por lo que «es urgente corregir» porque «ya está protegido en la mayoría de los países de nuestro entorno, especialmente en Portugal, país con el que compartimos la población ibérica de lobos».
WWF junto con la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo (ASCEL), Ecologistas en Acción y Lobo Marley crearon un documento con una docena de propuestas para la conservación de la especie. Entre ellas figura paralizar de forma inmediata los programas de control de población de la especie, promover la elaboración de un censo peninsular del lobo ibérico y promover acciones contra el furtivismo y los envenenamientos.
En cuanto al apoyo social, cabe recordar las manifestaciones multitudinarias al grito de «Lobo vivo. Lobo protegido», «Lobo sí», «No queremos lobos muertos», con el objetivo de que el lobo deje de ser una especie cinegética y esté 100% protegida en todo el territorio, como ya pasa en la vecina Portugal. Cabe recordar que el rechazo a su protección tuvo su origen, al menos en parte, en los ataques de lobos a la ganadería, pero «ya no puede seguir justificando su persecución ni su caza», dice EA. De esta forma, la organización apunta que la coexistencia entre la ganadería y el lobo es posible mejorando el manejo del ganado. «Ningún estudio ha podido demostrar que la caza del lobo reduzca los ataques del lobo al ganado», apunta. Para favorecer la convivencia con los grandes carnívoros como el lobo, WWF trabaja en el proyecto Grandes Carnívoros (Life Euro Large Carnivores por su nombre en inglés).